Cuando su empresa necesita reestructurar, optimizar o desarrollar nuevas funcionalidades en sus sistemas de gestión, lo más probable es que recurra a la externalización de TI. Es a través de este servicio que la mayoría de las organizaciones optimizan su proceso de transformación digital, apoyándose en la experiencia de los profesionales asignados para desarrollar las mejoras necesarias.

Y una de las cuestiones que hay que plantear en este proceso, incluso antes de que el proyecto avance, es el tipo de alcance a contratar en la externalización de TI. Hay dos modelos comunes: el alcance abierto y el alcance cerrado. En este post destacamos las principales diferencias entre uno y otro, para ayudar a tu empresa a tomar la mejor decisión a la hora de contratar servicios TI externalizados. ¡Verificar!

Alcance cerrado

Por lo general, el alcance cerrado sigue siendo el más común cuando se habla de subcontratación de TI. En este tipo de contrato, el cliente tiene una idea clara de la entrega que quiere y la definición de etapas de trabajo es más rígida.

A pesar de ser el modelo más elegido, el visor cerrado no siempre es el más beneficioso para los resultados finales deseados. Esto se debe a que en este modelo existe una mayor rigidez en relación a las entregas que se realizarán a lo largo del proyecto.

La mayoría de las veces, la elección de este modelo se debe al presupuesto limitado oa tener clara la inversión al inicio del contrato. Sin embargo, en el ámbito cerrado existe la imposibilidad de optimizar la construcción en todo el proyecto. Por ejemplo: no pocas veces, se identifican mejoras necesarias en el desarrollo del proyecto de TI, para lograr que sea más adherente y traiga más resultados a la empresa. Sin embargo, debido a la rigidez del ámbito cerrado, con horas de trabajo limitadas o acciones que debe realizar el equipo de desarrollo, estas mejoras no entran en la rutina de trabajo.

El resultado es que, muchas veces, la entrega final del proyecto de outsourcing no incluye todas las mejoras necesarias para un alto rendimiento y una transformación digital orientada a la rentabilidad. Ya no se hacen pequeños ajustes que, a la larga, restan funcionalidad al sistema.

En el ámbito cerrado, todavía está la cuestión burocrática. Los proyectos de mejora u optimización fuera del alcance inicial sólo podrán realizarse con un nuevo presupuesto. Así, todo debe pasar por la validación del área financiera y de gestión, lo que termina minando la posibilidad de un proyecto dinámico y funcional.

En un análisis previo, el alcance cerrado puede ser una buena opción en proyectos más sencillos, con entregas muy bien definidas y presupuesto limitado. Sin embargo, puede no ser la mejor opción en proyectos de desarrollo enfocados a la mejora continua de la infraestructura tecnológica de la empresa.

Alcance abierto

El segundo modelo de contratación para proyectos de TI tercerizados es de alcance abierto. En los últimos años se ha popularizado y ha sido una opción cada vez más asertiva para empresas que piensan en mejorar a medio y largo plazo y buscan asertividad en estas contrataciones.

En el ámbito abierto hay menos rigidez en el desarrollo y cada paso se realiza validando el paso anterior. Se trata, por tanto, de un proceso donde el desarrollo del proyecto informático se produce de forma más dinámica, en gestión compartida entre la empresa contratante y el proveedor informático.

A medida que se identifican nuevas mejoras, hay más flexibilidad y facilidad de validación del desarrollo de estas mejoras. Por lo tanto, los pasos de validación se llevan a cabo con practicidad y se enfocan en la mejor entrega del proyecto de outsourcing. Al final del proyecto de alcance abierto, es común que los sistemas o mejoras desarrollados sean más adherentes a la realidad del negocio.

A pesar de la flexibilidad, el alcance abierto también permite la previsibilidad de la inversión y el tiempo de ejecución, validado en la etapa inicial del proyecto. Incluso puede delimitar un presupuesto limitado, porque el seguimiento de las etapas se produce con cada nuevo ciclo de entrega.

El alcance abierto es, por lo tanto, ideal para empresas enfocadas en la mejora continua y la asertividad en las entregas, sin dejar de lado la seguridad en la previsión de presupuestos y plazos de ejecución.

Ahora que conoce las principales diferencias entre el alcance abierto y el alcance cerrado en la subcontratación de TI, puede decidir con mayor claridad cuál se adapta a su proyecto. Y si tienes alguna duda al respecto, ponte en contacto con el equipo de expertos de Envolti para tener el mejor soporte.